La serie HIGH NOON del fotógrafo Julian Kirschler muestra lugares desiertos que fotografió tras la aprobación de las medidas restrictivas para contener la pandemia del Covid 19 en varias ciudades europeas. Ante el temor de un crecimiento exponencial del número de casos, los gobiernos de todo el mundo han impuesto restricciones de salida a veces rigurosas para contener una mayor propagación del virus. Acompañados de una respuesta mediática sin precedentes, empezaron a llegar informes sobre caravanas de cadáveres y ciudades fantasmales. Escenarios espeluznantes que recuerdan a películas de Hollywood como Doce monos o Outbreak han dominado el discurso mediático desde entonces.

Durante el cierre, se tomaron en todo el mundo innumerables fotografías fantasmales de calles vacías y plazas desiertas. Sin embargo, a diferencia de las fotografías de estas "ciudades fantasma", las imágenes de la serie High Noon provocan la opresiva sensación de lo inquietante. Kirschler ha infectado los "gráficos" de alta resolución de sus secuencias de imágenes con un virus digital que genera fantásticos espacios pictóricos del tipo que conocemos de los mundos artificiales de los juegos de ordenador. Muchos de los archivos RAW procesados parecen haber sido programados con un motor de juego. Duplicando, superponiendo y desplazando el plano de grabación, pero sobre todo la proyección central y la iluminación en clave alta, se crean efectos como los que se producen en los gráficos 3D por ordenador de los shooters en primera persona mediante modelado, texturizado, sombreado y mapeado de reflejos. Además, todas las imágenes de la serie tienen una función de acercamiento/alejamiento cuando se ven en la pantalla, lo que sugiere que podemos sumergirnos en ellas.

Robert Eikmeyer

(Extracto de: La mente es un virus. La serie HIGH NOON del fotógrafo Julian Kirschler, 2020)